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Rodríguez destaca en la cancha de baloncesto

Por Richard A. Ross
Posted 4/15/22

MONTICELLO -- De vez en cuando aparece un jugador cuya presencia, liderazgo e impacto es literalmente indescriptible. Estos jugadores, sobresalientes por derecho propio, son también vitales …

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Rodríguez destaca en la cancha de baloncesto

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MONTICELLO -- De vez en cuando aparece un jugador cuya presencia, liderazgo e impacto es literalmente indescriptible. Estos jugadores, sobresalientes por derecho propio, son también vitales para el éxito del equipo porque inspiran a sus compañeros de equipo a elevarse a nuevas alturas. En resumen, predican con el ejemplo y se convierten en el corazón y el alma del equipo.

El base de Monticello y capitán del equipo, Pedro Rodríguez, fue precisamente una entidad de este tipo para los Panthers 2021-22. Sus contribuciones suponen mucho más de lo que puede aportar un mero análisis estadístico. En palabras de su entrenador, el Entrenador del Año de Baloncesto Masculino del Estado de Nueva York, Chris Russo, "Él fue el corazón de nuestro equipo. Asumió la responsabilidad de capitán del equipo y de base como nuestro principal manejador del balón, y realizó ese trabajo extremadamente bien. Los chicos le respetaban de verdad. Su juego elevó la de ellos el conocimiento de Pedro para el juego, junto con su capacidad de ver la cancha, supera a cualquiera de los que he entrenado. Encontró la manera de hacer llegar el balón a los chicos cuando más lo necesitábamos. Confiamos en él para que hiciera las jugadas cuando lo necesitábamos. Es uno de los tres chicos más duros que he entrenado y uno de los mejores líderes que he tenido".

Nacido en Puerto Rico y trasladado a Monticello a tiempo para entrar en el jardín de infancia, Rodríguez, cuyo principal interés deportivo había sido el béisbol, se curtió jugando al baloncesto inicialmente con la canasta que le puso su padre Pedro. Jugar con otros niños fue divertido y reafirmante. En 7º y 8º grado jugó en el equipo modificado de Montis, pero no jugó en su primer año para concentrarse en el béisbol. Pero en su segundo año, entró en el equipo universitario y empezó a ver lo que podía hacer en la cancha con su talento. Fue entonces cuando empezó a tomarse su juego más en serio.

En la temporada baja buscaba otros lugares para jugar, incluidas las pistas cubiertas de Goshen. Su destreza en el baloncesto tuvo que ver un poco con sus raíces en el béisbol. "Empecé a jugar al béisbol cuando tenía tres años".

El es el paracorto del equipo de béisbol de Monticello, pero lo cual admite que el baloncesto ha superado al béisbol en cuanto a su pasión deportiva. Superado, pero claramente no reemplazado. Rodríguez es un atleta excepcional, algo de lo que da fe el entrenador Russo. Su velocidad, sus hábiles movimientos y su asombrosa capacidad de salto en la cancha son una muestra de ese físico y de la mentalidad lúcida con la que lo maneja.

Sin dejarse intimidar por los grandes jugadores, a menudo acelera, se retuerce y gira para neutralizar su ventaja. "Muchos de los equipos contra los que jugamos eran más grandes que nosotros, pero no se puede ver eso como una desventaja. Utilizo mi velocidad y mi capacidad para pasar el balón o amagar y hacer que se vayan de los pies, y luego parto de ahí".

Incluso si no puede anotar, a menudo saca faltas y su lanzamiento de tiros libres es suave y bastante preciso. La capacidad de pase y los instintos de Rodríguez causan serios problemas de emparejamiento a las defensas. "Me considero un guardia que da prioridad al pase", afirma. Considera que su capacidad de pase es su mejor baza.

En otoño se trasladará a SUNY Cortland para estudiar educación física. De momento no tiene planes inmediatos de intentar jugar al siguiente nivel, pero eso podría cambiar. El béisbol sigue siendo una posibilidad. Ambos deportes están literalmente en su sangre.

Rodríguez tiene una gran relación con el entrenador Russo, al que se refiere como alguien que le ha impartido valiosas lecciones de la vida. "Me enseñó que sólo puedes controlar las cosas que puedes controlar. No te preocupes por las demás cosas ni dentro ni fuera de la cancha".

Al repasar el arco de la temporada, sintió incluso desde el principio que el equipo podía hacerlo bien, e hizo lo que pudo para ayudar a que esa aspiración se hiciera realidad. En última instancia, en la derrota ante la FDR en las seccionales, una derrota ciertamente decepcionante, se impuso otra lección. Esa lección tiene que ver con la intensidad y la determinación que nunca se puede dejar de lado. Tampoco puedes mirar más allá de cualquier partido, como probablemente hicieron los Montis con su fuerte deseo de volver a jugar contra Goshen. Los grandes jugadores nunca dejan de aprender, al igual que nunca dejan de intentar mejorar ellos mismos y sus equipos.

Para la familia de Pedro, incluyendo a su padre que lleva el mismo nombre, su madre Yesenice y su hermana Yessimar, los logros de Pedro han sido una gran fuente de orgullo como lo han sido para la escuela secundaria Monticelllo, la comunidad y la sección. "Siento que el baloncesto me ha expuesto al mundo", dice con una sonrisa.

"Oye, es ese chico de Monticello que juega muy bien al baloncesto", dicen. Nosotros decimos, oye, es nuestro MVP del baloncesto masculino del condado de Sullivan.

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